jueves, 25 de septiembre de 2014

Reponiendo energías!


Cuando una persona se va a vivir a otro país, llega con un número grande de expectativas y con una cantidad también grande de energía. Probablemente el inmigrante haya leído varios blogs para saber la situación del país al que va, como conseguir un trabajo, si no hablar el idioma es una gran desventaja o cuáles son los requisitos para poder trabajar allí. Está claro que cada inmigrante es diferente, pero los que yo pude conocer en consulta y los que he conocido como amigos, cumplen estas dos cualidades: grandes expectativas y gran cantidad de energía.

A medida que pasa el tiempo la persona se va encontrando con obstáculos e impedimentos que hacen que esa energía vaya reduciéndose. Dificultades para convalidar títulos, la barrera del idioma, la dificultad de progresar rápidamente, el recibir varios “NO” en respuesta a solicitudes de trabajo, el estar en un trabajo poco satisfactorio debido a la necesidad del dinero, y así muchos otros ejemplos. Sin embargo tienen expectativas de que todo va a ir a mejor en algún momento y que ese momento está a la vuelta de la esquina. Asi que siguen con la rutina, encendiendo cada día la maquinaria del positivismo hasta que una mañana quieren encender ese motor que es nuestro cuerpo y de pronto se dan cuenta de que han forzado mucho su motor y que no tienen más energía dentro o que queda muy poca. ¿Y cómo se dan cuenta? No está de más decir, que cada maquinaria es distinta, cada persona tiene un aguante diferente pero en general el cuerpo avisa de alguna forma. Ya sea con cansancio extremo, con irritabilidad frecuente, con mal humor, con falta de motivación  por seguir luchando contra esa pared invisible que hace que todo proceso sea lento inexorablemente.  El cuerpo es sabio y por suerte sabe decirte cuando lo has forzado demasiado. Cuando una de estas personas llega a mi consulta y me comenta todo esto a mí me gusta poner este ejemplo:

Imagínate que fueras un ciclista profesional. No sólo usas tu bici para ir de un lado para otro en tu ciudad sino que además vas por las montañas y sierras con ella y sueles subir hasta la cima. Durante un buen tiempo te entrenas para subir una montaña muy muy alta y un día decides aventurarte  a ella. Vas con tu bici, estás casi llegando al final pero te das cuenta que no puedes más, que te duelen mucho las piernas y la espalda, que estás sediento y sólo queda agua en tu mochila, que necesitas descansar, que tu cuerpo te lo está pidiendo. ¿Qué haces? sigues adelante o paras? Casi siempre ellos responden que pararían. Que se tomarían unos minutos de descanso, beberían agua e incluso comerían alguna barrita energética para poder seguir con más fuerza, en definitiva con más energía. Pues bien, esto es lo que yo les pido a esas personas que de repente se dan cuenta que su energía ha desaparecido. Que no se desesperen porque no pueden seguir adelante, sino que busquen la manera de recuperar esa energía perdida para poder seguir en aquello que se propusieron. Parar a reponer energías no hace a nadie más débil o más lento en su camino, lo hace más sabio pues sabe escuchar lo que le pide su cuerpo. Exigirse sobremanera, con estrés por ejemplo, o con positivismo excesivo hace que perdamos toda la fuerza que teníamos almacenada y estemos más irritables y tristes

Cada persona puede recuperar la energía de diferente manera. Hay gente que necesita desahogarse y expresar su malestar con algún familiar o amigo, y si esto no basta trabajar las emociones con un terapeuta. Hay otras personas que deciden realmente hacer una pausa, dejar su trabajo, buscar una alternativa, intentar mimarse a si mismos. Buscar lo nos hace felices es una manera de recuperar esas energías. A veces pasamos tanto tiempo haciendo lo que no nos gusta que olvidamos lo que realmente disfrutamos. Asi que  nuevamente aquí van algunos consejos que yo llamo "Permítete"

  • Permítete ser egoísta y piensa en lo que quieres conseguir y a dónde quieres llegar. Para cosneguirlo primero tienes que saber el objetivo.  
  • Permítete descansar un día en casa y dedicarlo sólo a tu persona: con un baño relajante, con buena música y buena comida. Quizás con más tiempo dando vueltas en la cama o leyendo un libro que hace tiempo querías empezar.
  • Permítete equivocarte y ver lo positivo del error. Fallar nos permite aprender, y aprendemos mejor cuando nos equivocamos, porque queda grabado más intensamente. Equivocarse forma parte de la experiencia sólo hay que aceptarla para poder seguir adelante.
  • Permítete llorar si te sientes triste. No hay nada más doloroso que guardar el llanto dentro de sí. Luego ya puedes decidir si prefieres hacerlo solo o con algún familiar o amigo. Sin embargo, un psicólogo que ayudó en mi formación siempre decía en terapia: llorar acompañado siempre alivia la pena.
  • Permítete expresarte como más te gusta, a través del arte, de la narración, de la música. Liberar lo que sentimos, no sólo el llanto, hace que estemos en equilibrio con nosotros mismos.

Bueno lectores! Espero que estos consejos hagan que la vuelta a la rutina sea más llevadera y sobre todo más feliz!

Hasta la próxima! Auf wiedersehen!

jueves, 18 de septiembre de 2014

Adaptarse a un país sin olvidarse del clima


Siempre había escuchado a amigos decir que cuando se habían ido a vivir a Londres, una de las cosas que más habían notado era el cambio de las temperaturas y sobre todo el exceso de lluvia y la falta de sol. Incluso uno de mis profesores favoritos de la facultad nos había explicado la relación entre cielo cubierto de nubes y la electroquímica del cerebro, pero no sólo en teoría, sino también nos había contado que él mismo hizo unas prácticas en un hospital de Londres y que el clima le había afectado de tal manera que había decidido volverse. Bueno, y ¿porqué cuento yo todo esto? Pues porque cuando vine a vivir a Austria no me imaginé que de pronto dejaría de ver el sol durante todo el verano ni tampoco me imaginé cuánto esto podía afectarme a mi y a la gente de mi alrededor. Por eso pensé escribir hoy sobre este tema.

En general, las personas hispanohablantes vienen de países cálidos y están/estamos acostumbrados a ver el sol casi todos los días del año. Cuando llegas a Austria, sobre todo en invierno, esperas que no salga mucho el sol … pero cuando de pronto es verano y llueve todos los días empiezas a darte cuenta de cuanta falta le hace a tu cuerpo y a tu estado de ánimo unos rayitos de sol. Para empezar te notas más pálido que de costumbre porque al no haber estado expuesto al sol durante el invierno es como si tu piel se hubiera aclarado, tu pelo por su parte se oscurece y tu estado de ánimo es menos alegre y jovial que antes. Quizás no somos conscientes del todo de cuánto puede afectarnos la falta de sol y la presencia de la lluvia reiterada. Por ello aquí van unas recomendaciones para cuando se está viviendo en un país en el que la la niebla y la lluvia siempre están presentes.

  • Utilizar colores vivos al vestir: rojos, amarillos, verde chillón … no sólo vas a animarte sino que animarás a los que te vean.
  • Llevar paraguas llenos de vida y color: no hay nada más lindo que ver los paraguas de los niños al ir al cole. Con dibujos, de colores, con puntos, a rallas … siempre te sacan una sonrisa. Ser adulto no significa ser aburrido, también se puede llevar paraguas divertidos.
  • Escuchar un buen programa de radio al levantarte: hoy en día con el móvil puedes escuchar tanto la radio local como la radio que escuchabas en tu país. Personalmente, al principio cuando llegué a Austria, no entendía la radio por el idioma, entonces prefería escuchar la radio española a través de una aplicación del Smartphone. Ahora disfruto de la radio austríaca e incluso me rio de sus chistes! Todo es un proceso … pero la radio sin duda ayuda a subir el ánimo cuando el día está tan gris.
  • Sal de casa aunque llueva, aunque tengas el día libre. Las botas de lluvia y un buen piloto te permitirán salir a dar una vuelta. La actividad física (en este caso caminar) ayuda al cuerpo a activarse y al cerebro a liberar endorfinas.  Así que anímate a activarte!
  • Rodéate de gente positiva … esto es algo que siempre ayuda. Escuchar a alguien quejarse las 24 horas del día sólo hará que te contagie su negatividad. Y no te olvides que muchas veces está en nosotros ser positivos y alegres! Obvio que el sol siempre facilita la tarea  … ¡!


Para aquellos que están leyéndome desde Linz les ánimos a disfrutar de estos tres días consecutivos de sol …. Salgan, practiquen deporte, tómense un café en una terracita, abran todas las ventanas de la casa y pongan las plantas a absorber sol!!

Por último decir que el clima es un factor que influye en el estado de ánimo, y eso está comprobado científicamente, pero que si una persona se encuentra más triste o decaído de lo habitual, probablemente actúen en él otros factores aparte del clima. Por ello siempre es importante estar atento a sí mismo.

Bueno lectores! Si tienen experiencias que compartir no duden en escribir! Hasta la próxima!
Auf wiedersehen ¡