miércoles, 28 de mayo de 2014

Término medio entre integración en la cultura de destino y el mantenimiento de nuestra propia cultura

El equilibrio en la vida siempre es difícil de conseguir, y al inmigrante le pasa lo mismo. Parece complicado encontrar el término medio entre estar integrado y feliz en la nueva cultura, y ser leal manteniendo las propias costumbres. Hace unos años leí en la Universidad de Lovaina, un artículo sobre los tipos de inmigrantes según su grado de integración, y eran los siguientes: 

a) aquellos que se integraban completamente, rechazando su propia cultura,
b) aquellos que no se integraban para nada, y sólo mantenían su cultura, y
c) aquellos que se integraban pero mantenían su cultura.
d) aquellos que ni se integraban ni mantenían su cultura. 

Me llamó la atención cuando lo leí, el hecho de que los nativos el tipo de inmigrante que mejor aceptaban era el tipo c), y que de hecho, los más felices eran los del tipo c), porque conseguían estar bien en el país de destino sin traicionar a su patria. Está claro que los del tipo a) les cuesta estar a gusto consigo mismos porque están tan ocupados en disimular sus orígenes y parecer nativos que se olvidan que su personalidad reside en esas raíces que intentan ocultar. Los del tipo b) se entiende que tampoco pueden sentirse bien por completo, porque al rechazar la cultura nueva, están a la defensiva con los nativos, lo cual hace que a su vez sean más fácilmente rechazados por éstos. Pues bien, este artículo busca que los inmigrantes puedan estar bien consigo mismos y con el entorno en el que decidieron vivir. Allá vamos. 

Empecemos por el principio: integrarse no significa decir todo que si, ni mantener la propia cultura significa decir a todo lo nuevo que no. La integración no consiste en que te guste todo sobre la nueva cultura, ni que se deban celebrar todas aquellas fiestas de la ciudad en la que estás, ni que debas comer toda la gastronomía local. En realidad, la definición de integrar es hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo, es decir, hacer que el inmigrante pase a formar parte de la sociedad y cultura nueva. ¿Y cómo se hace eso? La verdad que no hay una receta mágica ni un capítulo en un libro que nos guíe sobre cómo se debe integrar el inmigrante al país de destino. Pero todos tenemos una idea de cómo se hace eso. Para los que aún están pensativos, a continuación algunos de los puntos que ayudarán al inmigrante a integrarse son (por orden de importancia):
  • Conocer el idioma y poder comunicarse con los demás. Esto lo ayudará en muchos aspectos ya que le abrirá puertas a nuevas amistades y por supuesto facilitará mucho la tarea a la hora de conseguir un buen trabajo.
  • Conocer gente con la cual compartir experiencias: amigos, compañeros de trabajo, amigo de un amigo, colegas de deportes, compañeros de clase de alemán, etc. Tener apoyos, ya sea de compatriotas como de ciudadanos autóctonos, conseguirá reforzar su autoestima y le hará sentirse parte de la sociedad nueva.
  • Conocer la ciudad: las calles, los diferentes medios de transporte, los mejores lugares para hacer la compra, los cafés donde comer una rica tarta, los diferentes barrios, las zonas menos turísticas, etc. Ya que esto dará al inmigrante la confianza en sí mismo y permitirá que disfrute más de su estancia allí.
  • Buscar trabajo y conocer los diferentes sitios donde se ofertan plazas de trabajo. Trabajar es importante para la integración, pero no lo es todo. De hecho por eso lo puse en 4to lugar. Conocer las webs propias del país de destino donde buscar trabajo, conocer los periódicos que ofertan plazas de empleo, todo ello ayudará a una fácil integración. Conseguir trabajo, intensificará los puntos anteriores y además le hará tener una rutina que ayudará también a que se establezca completamente en el país de destino.
  • Buscar coincidencias entre las cosas que le gustan a uno hacer y la oferta que hay en la ciudad. Por ejemplo, a mi me gusta mucho patinar sobre hielo, y aquí es una actividad bastante común para hacer. Lo mismo para aquellos que les guste esquiar. 

Creo que esos puntos son los básicos para una buena integración. Pero ¿qué hay con el mantenimiento de la propia cultura? ¿Cómo se hace eso? Te lo cuento en el próximo post! 

Hasta el próximo día! Auf wiedersehen!  
Bárbara Belenky

lunes, 19 de mayo de 2014

¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Cuándo?


Hoy me gustaría hablar de una palabra que muchas personas que conozco tienen actualmente en la cabeza: incertidumbre. 

Las dudas sobre el futuro, sobre qué pasará, qué haré, dónde viviré son cuestiones que se plantean tanto inmigrantes como cualquier otra persona en su país de origen, y que traen consigo emociones  de todo tipo como miedo, frustración, ansiedad, apatía, tristeza y falta de motivación. Está claro que muchas de las circunstancias que nos rodean son incontrolables, y de hecho querer controlarlas no sólo sería imposible sino también enfermizo. Este post no se trata sobre el control de lo incontrolable, sino de que estas personas y otras muchas en su misma situación sepan qué cosas están en su mano hacer y dependen directamente de ellas, y cómo conseguir vivir con las emociones que provocan las dudas, sin desesperarse en el intento. 

Aunque una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo la primera y más importante regla a la hora de lidiar con la incertidumbre:


A veces uno espera una llamada para una entrevista, o el día para la inscripción del curso o simplemente la contestación del mail para la convalidación del título. Estos son ejemplos claros de que hay situaciones en las que no se puede tener el control ya que depende de otras personas. Sin embargo, si sólo esperamos a que nos contesten, o nos llamen o nos digan, para empezar a hacer algo … la incertidumbre crece y los sentimientos de inseguridad y frustración se incrementan. Pues hay que tener en cuenta, que mientras esperamos aquello que no controlamos, podemos tomar otras decisiones hacia nuestra meta u objetivo. Para luchar contra la indecisión hay que tomar decisiones que estén a nuestro alcance. ¿Y cómo se hace eso?

En el último post mencioné al final la importancia de cumplir con lo que nos proponemos en relación a la positividad y las emociones. Me gustaría aquí retomarlo porque está muy relacionado con la toma de decisiones y la incertidumbre.  Como dije antes, hay situaciones que son incontrolables y que nos producen incertidumbre, y otras que están al alcance de la mano pero que dejamos de hacer porque nos vemos nublados por esas emociones que rodean a la incertidumbre. Para luchar contra estas dudas y preguntas sin resolver podemos  plantearnos  una meta clara y deshacerla en pequeños planes de acción. 

Para plantearnos una meta clara, es importante preguntarnos: ¿qué queremos? E intentar concretar al máximo, cuando digo concretar, me refiero a que no sólo es necesario saber donde queremos llegar o qué queremos conseguir sino también detallar como pensamos que podemos conseguir eso que nos proponemos:
1.       ¿qué quiero?
2.       ¿cómo lo quiero?/ ¿cómo lo consigo?
3.       ¿dónde quiero llegar?
4.       ¿qué puedo hacer para conseguirlo?
5.       ¿qué pasos podría seguir para llegar a ese objetivo?
6.       ¿con quién cuento si necesito ayuda?
 
Una vez que respondemos estas preguntas básicas y otras muchas que podemos hacernos, obtendremos un borrador de nuestro plan de acción. Sobre él podremos trabajar un poco más y pulir aquello que queremos alcanzar y los pasos que pensamos seguir. Para finalizar sólo agregar que si ese primer bosquejo del plan A no funciona por alguna razón incontrolable, siempre es bueno tener un plan B! ¡Mucho ánimo!

Para cualquier duda o pregunta pueden contactarme al mail: barbarabelenky@hotmail.com
Hasta pronto! Auf wiedersehen!
Barbara.

lunes, 12 de mayo de 2014

Lo único imposible es aquello que no intentas ..


Después de estar ocupada realizando los trámites interminables de la convalidación del título, y después de haber leído blogs de inmigrantes con las mismas dificultades burocráticas, me gustaría inundar mi blog de positivismo y energía para todas aquellas personas que me leen y que están en una situación parecida o bien lo estarán pronto.

A la hora de emigrar aparecen muchas dificultades, pero lamentablemente hay otras muchas que sólo nosotros mismos nos las ponemos. Es cierto que cada objetivo requiere de esfuerzo y dedicación, y sobre todo en un país extranjero pues normalmente te pedirán más papeles y harás más trámites, que si estuvieras en tu propio país – por experiencia es así-. Por ello, el inmigrante necesita pensar en positivo y tener además del plan A, planes con el resto de letras del abecedario. Muchos inmigrantes dejan su país de origen, en busca de mejores oportunidades de trabajo y económicas. Sin embargo, cuando llegan, se encuentran con que no todo es lo que ellos pensaban y que posiblemente tengan que hacer otras cosas, antes de llegar al puesto de trabajo con la recompensa económica que buscaban. Pero ello, no significa que más tarde o simplemente más adelante no conseguirán lo que realmente quieren, sólo significa que:

Si, como en mi caso, te lo ponen difícil para convalidar el título de psicología, puedo cambiar el plan o la estrategia para conseguirlo, pero no puedo dejarlo estar y no hacerlo simplemente porque me lo han puesto difícil. Si por ejemplo tu meta es conseguir unas prácticas remuneradas, y tu plan era hacerlas en inlglés pero ahora te piden también alemán, no significa que no vayas a hacer las prácticas, sino que tu plan consistirá ahora en aprender alemán. Existen estos y otros muchos ejemplos que seguro encontrarán en el día a día de otros inmigrantes. Por todo ello aquí les dejo algunos trucos para mantener ese positivismo tan importante en esta población:  

+ Rodéate de gente llena de energía y sueños; y evita la gente tóxica. No te olvides: la positividad es contagiosa, y la negatividad por desgracia … también. 
+ Levántate temprano y escribe lo que quieres hacer durante el día. Aunque al principio no tengas nada que hacer, siempre encontrarás una manera de activar tu organismo hacia la positividad.
+ Cumple con lo que te propones para conseguir tu meta: si lo que quieres es aprender el idioma del país en el que estás: estudia cada día un poco. Si lo que quieres es buscar trabajo: manda tantos CVs como empresas haya en la ciudad. Tener la idea o la intención de hacer las cosas es importante, pero lo es más llevarlas a cabo.
+ Si tienes una meta: escribe diferentes planes de acción. Y si el primer plan no funciona, pasa al siguiente.  Creo que esto es crucial para mantenerte positivo y con energía suficiente para seguir con los pasos hacia la meta.
+ Además de tener diferentes planes de acción, es importante tener en cuenta que la META se puede deshacer en pequeños objetivos. Si por ejemplo, nuestra meta es conseguir un trabajo de lo nuestro, los pequeños objetivos pueden ser: traducir nuestro CV antes del día 30 del mes, escribir las diferentes cartas de presentación antes de una semana, enviar todos los CV a todas las empresas que te interesen o que estén relacionadas con tu profesión, prepararte las entrevistas antes de tenerlas, etc. A veces cuando deshacemos un objetivo grande en varios pequeños, es más fácil conseguir llevarlos a cabo.
+ Si un funcionario te lo pone difícil, inténtalo por otro lado, otro día o con otra persona. Si no insistes, ellos no lo harán.
+ Busca un momento del día para dedicarlo sólo a tu persona y haz lo que te haga feliz.

Espero que empiecen bien este Lunes y que haya conseguido transmitir toda mi energía para esta semana.

Auf Wiedersehen! Hasta Pronto!
Bárbara Belenky