El otro día hablaba con una psicóloga amiga que está trabajando con inmigrantes y me comentó de un caso de un niño que está en pleno proceso de migración. Mientras me iba contando que el niño de 9 años se sentía triste, pensé inmediatamente en mi propio proceso de migración y en el de aquellas personas que traté o conocí a lo largo de estos años.
Los niños y los adultos tienen diferentes maneras de enfrentarse a este proceso de duelo, pero hay una cosa que sin duda es clave en el de los niños: sus padres. Cuando en una familia los padres deciden ir a vivir y trabajar a otro país, es importante que sepan transmitir a sus hijos porqué lo hacen y como se sienten al respecto. Y esto me llevaba otra vez a pensar en un caso de un niño cuya madre estaban tan deprimida por haberse ido de sus paíse de origen, que no era capaz de ver cuánto afectaba eso a su hijo. Se trataba de un niño británico que había ido a vivir a España porque su padre había sido trasladado allí. El ya tenía la dificultad del idioma, pues nunca antes había aprendido español. Sin embargo esa no era la gran causa de su tristeza, sino que día tras día veía como su madre lloraba, echaba de menos el Reino Unido y se quejaba de lo que tenía a su alrededor. Evidentemente el niño se sentía triste y desprotegido porque su madre estaba transmitiéndole que ella no se sentía a gusto en ese sitio.
Por todo ello en este artículo quería escribir la importancia de los padres en el proceso de migración de los niños. Los hijos necesitan ver que el “equipo de padres” está unido en ese proyecto, que lo enfrentan con fuerza y entusiasmo, que pueden acudir a ellos si se sienten tristes o con dudas, que los padres van a estar ahí dispuestos a escucharlos en sus días difíciles y que a su vez van a ayudarles a ver lo positivo del país de acogida.
Animo a todos los padres que están pasando por este momento a que consideren la gran influencia que tienen en el estado de ánimo de sus hijos y de la necesidad de estabilidad y seguridad que requieren los niños en este gran cambio. Esto no significa que los padres no puedan sentir nostalgia o tristeza en algún momento, claro que pueden experimentarla, pero no las 24 horas del día durante un tiempo prolongado.
Espero que les
haya servido!
Hasta la próxima! Auf wiedersehen!
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