jueves, 23 de octubre de 2014

El reflejo del estado de ánimo de los padres en los niños


El otro día hablaba con una psicóloga amiga que está trabajando con inmigrantes y me comentó de un caso de un niño que está en pleno proceso de migración. Mientras me iba contando que el niño de 9 años se sentía triste, pensé inmediatamente en mi propio proceso de migración y en el de aquellas personas que traté o conocí a lo largo de estos años.

Los niños y los adultos tienen diferentes maneras de enfrentarse a este proceso de duelo, pero hay una cosa que sin duda es clave  en el de los niños: sus padres. Cuando en una familia los padres deciden ir a vivir y trabajar a otro país, es importante que sepan transmitir a sus hijos porqué lo hacen y como se sienten al respecto. Y esto me llevaba otra vez a pensar en un caso de un niño cuya madre estaban tan deprimida por haberse ido de sus paíse de origen, que no era capaz de ver cuánto afectaba eso a su hijo. Se trataba de un niño británico que había ido a vivir a España porque su padre había sido trasladado allí. El ya tenía la dificultad del idioma, pues nunca antes había aprendido español. Sin embargo esa no era la gran causa de su tristeza, sino que día tras día veía como su madre lloraba, echaba de menos el Reino Unido y se quejaba de lo que tenía a su alrededor. Evidentemente el niño se sentía triste y desprotegido porque su madre estaba transmitiéndole que ella no se sentía a gusto en ese sitio.

Los niños son el reflejo de las emociones de sus padres, y su madre no estaba ayudando a que este inglesito se sintiera cómodo y feliz en España. Esto me lleva a recordar la película “La vida es bella” en la que el padre pone todos sus esfuerzos para que su hijo no tenga una experiencia traumática en el campo de concentración. Los niños confían plenamente en sus padres, y si los ven seguros y decididos se sentirán seguros y protegidos. Por el contrario si uno de los padres se muestra muy negativo con el cambio, con un estado de ánimo triste y sin fuerzas para llevar a cabo ese gran proyecto que la familia ha empezado, el niño se sentirá doblemente triste. Por un lado experimentará la tristeza del propio proceso de duelo al dejar su país, su colegio, sus amigos, sus abuelos, su ciudad natal … y por otro lado se sentirá triste porque su madre lo está, y por ende no le presta la misma atención que antes, no le da tantos abrazos como hace un tiempo,  no se interesa tanto por él como hacía antes, no se sienta a contarle un cuento por la noche como solía hacer y en definitiva no está ejerciendo el mismo papel que cuando estaba en su país de origen. El niño puede hasta enfadarse con el país de acogida porque “ha cambiado a su mami”.

Por todo ello en este artículo quería escribir la importancia de los padres en el proceso de migración de los niños. Los hijos necesitan ver que el “equipo de padres” está unido en ese proyecto, que lo enfrentan con fuerza y entusiasmo, que pueden acudir a ellos si se sienten tristes o con dudas, que los padres van a estar ahí dispuestos a escucharlos en sus días difíciles y que a su vez van a ayudarles a ver lo positivo del país de acogida.

Animo a todos los padres que están pasando por este momento a que consideren la gran influencia que tienen en el estado de ánimo de sus hijos y de la necesidad de estabilidad y seguridad que requieren los niños en este gran cambio. Esto no significa que los padres no puedan sentir nostalgia o tristeza en algún momento, claro que pueden experimentarla, pero no las 24 horas del día durante un tiempo prolongado.

Espero que les haya servido!
Hasta la próxima! Auf wiedersehen!

1 comentario:

  1. ¿Te animarías a actualizar tu blog con unas nominaciones? Yo te he incluido en mi lista de premiados a los Infinity Dreams Award (https://spanierinindenalpen.wordpress.com/2016/04/22/premio-infinity-dreams-award/) y, si te apetece, espero que sigas con la iniciativa :) ¡Y sobre todo espero que vuelvas a escribir por aquí! ¡Un abrazo enorme!

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